jueves, 8 de octubre de 2009

EL ARBOL DE MANZANAS

Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope y el le daba sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño.

Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol.

Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste:
"¿Vienes a jugar conmigo?" pero el muchacho contestó "Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos".
"Lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero... Te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas. De esta manera tú obtendrás el dinero para tus juguetes".
El muchacho se sintió muy feliz.
Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz.

Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste.

Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó:
"¿Vienes a jugar conmigo?" "No tengo tiempo para jugar. Debo de trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos.
¿Puedes ayudarme?"... " Lo siento, pero no tengo una casa, pero...tú puedes cortar mis ramas y construir tu casa".
El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario.

Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba encantado. "Vienes a jugar conmigo? le preguntó el árbol. El hombre contestó "Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?". El árbol contestó: "Usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz". El hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo.

Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: "Lo siento mucho, pero ya no tenga nada que darte ni siquiera manzanas". El hombre replicó "No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar...Por ahora ya estoy viejo".
Entonces el árbol con lágrimas en sus ojos le dijo, "Realmente no puedo darte nada.... la única cosa que me queda son mis raíces muertas". Y el hombre contestó: "Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar.
Estoy tan cansado después de tantos años". "Bueno,las viejas raíces de un árbol, son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven siéntate conmigo y descansa".

El hombre se sentó junto al árbol y este feliz y contento sonrió con lágrimas.

Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá...

Cuando crecemos los dejamos .....sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas... No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Tú puedes pensar que el muchacho es cruel contra el árbol, pero es así como nosotros tratamos a nuestros padres...

Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y si ya no están, que la llama de su amor viva por siempre en tu corazón y su recuerdo te dé fuerza cuando estás cansado...

Anónimo

domingo, 4 de octubre de 2009

15 AÑOS

Un día como hoy, 4 de octubre pero de 1994, salí de la habana camino a las Islas Canarias concretamente a Gran Canaria, hoy se cumplen 15 años de aquella despedida, despedida de los amigos, de mi casa, de los sitios donde jugué de pequeña, si, yo me despedí de todo porque sabía que era un viaje sin retorno, que después cuando volviera a visitar mi habana, no tendría tiempo de caminar por las calles que desandé de pequeña, en aquellos días todo fue una mezcla de nerviosismo, alegría, miedo y tristeza porque dejaba lo conocido para adentrarme en un país, un sistema de vida que yo no estaba acostumbrada ni tenía idea de lo que me esperaba, pero con todas esas incertidumbres estaba preparada para emprender una nueva vida.

El dia en concreto fue rápido, ya no recuerdo la hora exacta en la que salí de allá, lo que no olvido es que era por la tarde- noche y después de dos horas de vuelo, nos avisan por megafonia que por problemas técnicos teníamos que volver al aeropuerto de la habana, en aquellos momentos no sabía que pensar, por mi cabeza pasaron tantas conjeturas.
Nos llevaron de vuelta a la terminal del aeropuerto, a una especie de cafeteria y nos dijeron que teníamos que esperar a que arreglaran el avión y que si eso no era posible nos cambiarian de aparato, si les digo la verdad, no se cuanto tiempo estuvimos allí, no me acuerdo solo tenía ganas de volver a coger el avión, al final nos cambiaron de aparato y nuevamente a emprender el viaje, ahí respiré tranquila y me quedé tanquilita en el asiento, dormitando hasta llegar a destino.

Y ahí comenzó otra etapa, otra vida, más estudios, más trabajo, conocer como se vive fuera de la isla, chocar con la realidad que allí no nos enseñan que puede existir fuera, todas esas cosas, que gracias a Dios ya estan mas o menos superadas.

Ese fue un poco mi día 4 de octubre y poco más de hace 15 años atrás.